• HEADING-1 GOES HERE

    DESCRIPTION GOES HERE
  • HEADING-2 GOES HERE

    DESCRIPTION GOES HERE
  • HEADING-3 GOES HERE

    DESCRIPTION GOES HERE
  • HEADING-4 GOES HERE

    DESCRIPTION GOES HERE
  • HEADING-5 GOES HERE

    DESCRIPTION GOES HERE

___________________________________________________________________________________________________________________________________
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯

Dormir es la mayor estupidez del mundo.

Nos conocimos ayer, en el metro. Eran las 6 de la mañana y era el primero que pasaba. Tú, yo, un adolescente con cara de preocupación y dos chicas extremadamente altas invadíamos el último vagón. Tú. Vestías traje gris y corbata. Todo arrugado. El pelo desordenado, como mi cabeza. Yo. Mis copas de más y una falda de encaje con medias negras rotas y camiseta blanca. Una hora y quince paradas después, tú, yo y un abuelo flacucho que se había subido en el metro hacía cinco estaciones, bajamos. Subimos las escaleras y el sol nos cegó. Estábamos fuera. Tú miraste a un lado, y al otro. ¿Dónde vas? Yo miré al otro y a un lado ¿Dónde voy? Sacaste un paquete de tabaco del bolsillo. Lo miraste y estaba vacío.
-Perdona… ¿Tienes un cigarro?
-Sí… aunque no fumo.
-Entiendo. Lo tienes para ocasiones como estas ¿verdad?
-Verdad.
-¿Tienes algo que hacer?
-A parte de dormir y vomitar, nada más. ¿Tú?
-Lo mismo. ¿Y si lo hacemos juntos? Lo de dormir y vomitar, digo.
-Vale. En mi casa. Vivo a un par de manzanas.
-Vale. ¿Tienes manzanas en tu casa?
-Sí, de las verdes.
-Perfecto, me encantan. ¿Y café?
-También.
-¿Qué tal te salen?
-Bastante malos, la verdad…
-No importa.

Llegamos a mi casa. Te quitaste la americana y los zapatos. Te desabrochaste la corbata. Yo me quité la falda y me quedé con las medias y la camiseta. Me miraste, pero no pude ver deseo en tu mirada. No sé si me molestó o no. He tardado año y medio en quitarme quince kilos de encima, para que el primer hombre guapo que llevo a mi casa no me mire con deseo. Así que sí, supongo que me molestó.
-¿No te parece que dormir es una tontería?
-Pues sí, es una estupidez. Una pérdida de tiempo.
-Sí, es eso. Una pérdida de tiempo. Mientras dormimos pasa de todo, y nos lo estamos perdiendo… Lo único que hacemos mientras dormimos es soñar, y los sueños se quedan en eso. Me jode muchísimo esa sensación.
-¿Tienes vodka?
-Algo queda. Ahora vuelvo.
Fui a mi habitación y cogí el carmín rojo en la mesita. Me puse un poco en los labios. Pensé que quizá fueses gay, pero me dio igual. Todavía estaba algo borracha. Pasé por la cocina a por el vodka. Cogí un par de tazas y dos tónicas. Estabas sentado en calzoncillos en una silla del salón, mirando por la ventana.
-Ahora mismo estás irresistible.
Te giraste y, por fin, te veía sonreír.
-¿Qué hacías en el metro a estas horas?
-Salí con unas amigas, fuimos a una discoteca cutre, las perdí, me quedé sin batería en el móvil y me fui. ¿Tú?
-Fui a una cena de trabajo, todos mis compañeros se liaron con mis compañeras y yo ahí sobraba, así que me fui al hotel que en teoría habían reservado para nosotros, pero mi nombre no estaba en ninguna reserva, y me tuve que ir caminando hasta la primera parada de metro.
-¿Y tú porqué no te liaste con ninguna? Te lo hubieras estado pasando mejor que aquí.
-Son todas unas tetudas sin personalidad, arrogantes e idiotas. No negaré que están buenas, pero a mi no me gustan. Me gustan las chicas como tú ¿sabes? Bueno, me gustas tú.
-¿Y como se supone que soy yo?
-Eres guapa y me caes bien. De momento sé eso, ya te descubriré.
Te alargué la taza con vodka y tónica. Me hiciste un gesto para que me sentara en tu falda. Ahí me puse. Bebíamos el vodka como si fuese café ardiendo un domingo por la mañana. Como si en esa casa viviésemos los dos y unas horas después viniesen nuestros padres a comer pescado al horno. Como si al miércoles siguiente pudieras llegar a casa y yo te preparara una cena sorpresa con diez manzanas verdes troceadas en un plato de nuestra mejor vajilla. También prepararía una lista de reproducción en el iPod con nuestras canciones favoritas. Al día siguiente, jueves, ninguno de los dos iría a trabajar, y nos pasaríamos la mañana entre las sábanas nuevas de nuestra cama de 2x2. Al mediodía prepararíamos un picnic en el parque, y me llevaría mi Polaroid, que había estado guardando el carrete para una ocasión especial. ¿Y qué mejor ocasión para enmarcar que cuando me ibas a pedir que me casara contigo?
-¿Qué piensas?
-Que tú también me gustas.
Ya notaba tu aliento en mi cuello, y al respirar me venía tu olor. Tu aliento olía a tabaco y a alcohol. A fiesta. Para qué negar que ese olor me encantaba. Me besaste, y de las ansias se te cayó la taza. Entonces yo me desperté. Dormir es la mayor estupidez del mundo.

via:  http://fascinada.tumblr.com

No hay comentarios: